Zabulus
Conserje, portero, cancerbero, guardián de las puertas del infierno, puedes llamarlo como quieras, pero sólo puedes condensar un término en la punta de tu lengua:MAL, el mal en sí mismo.
Durante décadas, los porteros, raza reconstruida de las cenizas de los serenos cuan ave fénix, ha surgido para capturar los detritus de la sociedad y lanzarlos contra ella.
Si bien antes esta loable profesión era regida por sabias matriarcas, que establecian un correcto equilibrio entre el mal que podrían lanzar y el bien que emanaba en sus dominios, desde hace algunos años (lo siento, Dpp), han destrozado los pilares de nuestra sociedad, rompiendo el equilibrio: ¡John Constantine, ayúdame a hacer que estos hombres-porteras vuelvan al infierno de donde salieron! (pero el verdadero, el del cómic, no el piltrafilla de la película).
Y para muestra un botón ... incluso yo, heroína de rue 13 del percebe, temo a mi portero,. He pasado horas, días, incluso semanas (posiblemente por vacaciones) retrasanso mi llegada a casa para evitar que lance sus armas sobre mi.
Tiene muchas, como no recoger mi basura, murmurar por las esquinas, no abrirme la puerta, ... , pero la más temida, la más dolorosa es la que más aplica ... mostrarme indiferencia...
Ya, no suena muy malvado al principio, pero eso es porque no sabes que antes de llegar a ese punto me ha analizado profundamente, ha descompuesto mis bolsas de basura, (con lo que se confundió bastante, porque somos muchos), observado los posos del café que dejo en la cocina al salir a trabajar (para alegría de mis compañeros) y examinado mis rutinas más básicas, detectando así mi punto débil: la necesidad de caer bien (como erróneamente espero, o al menos saber porqué no es así, que no saberlo me pone sumamente nerviosa).
Me ha retirado el saludo, lo que más me duele, oh, sí, lo que más me duele. (sniff,sniff ).
Podría haberme pegado, escupido o insultado, pero no, él sabe que habría fallado, que su labor no habría funcionado, que el mal por el que fue creado no estaría completo, ... , porque, da igual que me gaste fortunas reenviándome paquetes al trabajo después de que confunda a mensajeros diciendo que no vivo allí, o peor, que me los recoja y me los deje en la puerta durante todo el fin de semana (¡¡¡mis valiosos diamantes en el suelo!!!), el hecho de que aplique su superpoder de mirar a través de mi me hace temblar.
Y es que no lo puedo entender ... como en ocasiones anteriores, el ir hacia el lugar donde haya alguien que me aplique essas técnicas me hace temblar, me quita el sueño y me da hambre (qué le voy a hacer, a mi NADA me quita el hambre, XDD).
Debería haber aprendido de hombres y mujeres que demostraron en varias ocasiones mi transparencia ... pero no puedo evitarlo, mi madre me enseñó que la carne de burro no es transparente y me niego a creer lo contrario (por todos los Lares).
Así que, a falta de ayuda de un poder supremo, o de un despido procedente, tendré que seguir picándole, enviándome paquetes bomba, poniéndole chinchetas en el sillón o algo que se me ocurra, para que así tenga un motivo para mirarme (mejor dicho, no mirarme) así.
¿Sugerencias?
Durante décadas, los porteros, raza reconstruida de las cenizas de los serenos cuan ave fénix, ha surgido para capturar los detritus de la sociedad y lanzarlos contra ella.
Si bien antes esta loable profesión era regida por sabias matriarcas, que establecian un correcto equilibrio entre el mal que podrían lanzar y el bien que emanaba en sus dominios, desde hace algunos años (lo siento, Dpp), han destrozado los pilares de nuestra sociedad, rompiendo el equilibrio: ¡John Constantine, ayúdame a hacer que estos hombres-porteras vuelvan al infierno de donde salieron! (pero el verdadero, el del cómic, no el piltrafilla de la película).
Y para muestra un botón ... incluso yo, heroína de rue 13 del percebe, temo a mi portero,. He pasado horas, días, incluso semanas (posiblemente por vacaciones) retrasanso mi llegada a casa para evitar que lance sus armas sobre mi.
Tiene muchas, como no recoger mi basura, murmurar por las esquinas, no abrirme la puerta, ... , pero la más temida, la más dolorosa es la que más aplica ... mostrarme indiferencia...
Ya, no suena muy malvado al principio, pero eso es porque no sabes que antes de llegar a ese punto me ha analizado profundamente, ha descompuesto mis bolsas de basura, (con lo que se confundió bastante, porque somos muchos), observado los posos del café que dejo en la cocina al salir a trabajar (para alegría de mis compañeros) y examinado mis rutinas más básicas, detectando así mi punto débil: la necesidad de caer bien (como erróneamente espero, o al menos saber porqué no es así, que no saberlo me pone sumamente nerviosa).
Me ha retirado el saludo, lo que más me duele, oh, sí, lo que más me duele. (sniff,sniff ).
Podría haberme pegado, escupido o insultado, pero no, él sabe que habría fallado, que su labor no habría funcionado, que el mal por el que fue creado no estaría completo, ... , porque, da igual que me gaste fortunas reenviándome paquetes al trabajo después de que confunda a mensajeros diciendo que no vivo allí, o peor, que me los recoja y me los deje en la puerta durante todo el fin de semana (¡¡¡mis valiosos diamantes en el suelo!!!), el hecho de que aplique su superpoder de mirar a través de mi me hace temblar.
Y es que no lo puedo entender ... como en ocasiones anteriores, el ir hacia el lugar donde haya alguien que me aplique essas técnicas me hace temblar, me quita el sueño y me da hambre (qué le voy a hacer, a mi NADA me quita el hambre, XDD).
Debería haber aprendido de hombres y mujeres que demostraron en varias ocasiones mi transparencia ... pero no puedo evitarlo, mi madre me enseñó que la carne de burro no es transparente y me niego a creer lo contrario (por todos los Lares).
Así que, a falta de ayuda de un poder supremo, o de un despido procedente, tendré que seguir picándole, enviándome paquetes bomba, poniéndole chinchetas en el sillón o algo que se me ocurra, para que así tenga un motivo para mirarme (mejor dicho, no mirarme) así.
¿Sugerencias?
4 comentarios:
¡Hola! ¿Has probado a pasearte frente a él en bragas? A mí me da resultado. Si con eso no llamas su atención es que el tipo es verdaderamente maligno :D
Es una solución magnífica, así acabaría arrancándose los ojos y clamando a los demonios para que le dieran un puesto de menos riesgo ... claro, el problema sería si le gustara, porque su indiferencia + frotamiento de intimidades sí que me haría temblar hasta caérseme las bragas ... brbrbr.
¡Jajajaja!
¿Es verdad que las blogeras llevan bragas con consignas dignas de cualquier militante bolchevique y/o dibujos de las super nenas?
Por otro lado, ¿Cómo enfrentarte a alguien que no te saluda? ¿has probado a llamarle con un mote afectivo? Algo en plan:
- "A los buenos días, Juanillo" (se llame como se llame, Juanillo seguro que le jode)
o quizás:
-"Buenos días, señor porterín"
Aunque me parece que eso, junto al ir en bragas, lo he visto en alguna película (cine indie de protesta social, claro...)
En las mías pone "El duffo o muerte" no sé si compensa...XDD
Por otro lado había pensado acompañar lo del nombre con una colleja cariñosa, para mejorar el efecto del conjunto (por la protesta social que no sea).
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