martes, 26 de enero de 2010

Llu bifor cul


Sí, llu bifor cul, tú antes molabas, es decir, ya no molas.


¡ERES UN ENGENDRO!




CASO 1: el bar donde has pasado tus mejores horas, donde conoces al dueño, has abierto barriles y entrado tras la barra; donde has compartido confesiones y gustos musicales ha mutado...pasan 6 MESES, después de una reforma y mi REFUGIO se convierte en un antro de yogures y (no es porque no me gusten...es porque) no hay NADIE mayor de 18 (excepto el dueño, cojollos!!). Venga, recuerdas que tu también empezaste a divertirte antes de la mayoría y tragas saliva...sniff, sniff...un sitio menos para disfrutar.

CASO 2: tienes muchas muchas muuuuuuuuuchas (o como dice un amigo morrocotudas) ganas de ir a un concierto pero (OMG!) coño, que es de U18 (a la mierda Billy Talent) que no se bebe los cojones treinta y tres pero te sientes aislado.[Una espinita más]

CASO 3: tienes citas a ciegas o tienes citas de parejas (oh, no, si pasate por ahí has tocado fondo); una cosa es que tus amigos tengan pareja, otra es que a)estés desesperado por conseguir una para b) poder quedar en salidas de parejas (aunque aquí hay que marcar una diferencia entre salir con amigos con novio o quedar parejas arrastradas por la perversión de los restaurantes exóticos, que por otra parte es parte de un ser viejuno, el poder pagar esos sitios) [Necesitas ayuda de cul pipol]

CASO 4: sabes nombres de más de dos vinos; antes sólo sabías el de Don Simon y Sandevid (que para ti era vino), ahora sabes que los Protos no sólo aparecen sólo en el StarCraft...[Muerte++]

CASO 5: los juegos de mesa dejan de ser una alternativa para los días de lluvia, viento u holocausto núuuuucelar para convertirse en tu razón de entretener.

CASO 6: prefieres no ir de tapas(!), no tomar bocatas de "la Parra" (!!) o no te gustan los bocatas de calamares con sidra por pringosos (!!!) [sin palabras me hallo, pero pasa...]

Ai bifor cul...sólo puedo decir eso (y lo echo de menos)

sábado, 23 de enero de 2010

Zabulus

Conserje, portero, cancerbero, guardián de las puertas del infierno, puedes llamarlo como quieras, pero sólo puedes condensar un término en la punta de tu lengua:MAL, el mal en sí mismo.



Durante décadas, los porteros, raza reconstruida de las cenizas de los serenos cuan ave fénix, ha surgido para capturar los detritus de la sociedad y lanzarlos contra ella.

Si bien antes esta loable profesión era regida por sabias matriarcas, que establecian un correcto equilibrio entre el mal que podrían lanzar y el bien que emanaba en sus dominios, desde hace algunos años (lo siento, Dpp), han destrozado los pilares de nuestra sociedad, rompiendo el equilibrio: ¡John Constantine, ayúdame a hacer que estos hombres-porteras vuelvan al infierno de donde salieron! (pero el verdadero, el del cómic, no el piltrafilla de la película).

Y para muestra un botón ... incluso yo, heroína de rue 13 del percebe, temo a mi portero,. He pasado horas, días, incluso semanas (posiblemente por vacaciones) retrasanso mi llegada a casa para evitar que lance sus armas sobre mi.

Tiene muchas, como no recoger mi basura, murmurar por las esquinas, no abrirme la puerta, ... , pero la más temida, la más dolorosa es la que más aplica ... mostrarme indiferencia...

Ya, no suena muy malvado al principio, pero eso es porque no sabes que antes de llegar a ese punto me ha analizado profundamente, ha descompuesto mis bolsas de basura, (con lo que se confundió bastante, porque somos muchos), observado los posos del café que dejo en la cocina al salir a trabajar (para alegría de mis compañeros) y examinado mis rutinas más básicas, detectando así mi punto débil: la necesidad de caer bien (como erróneamente espero, o al menos saber porqué no es así, que no saberlo me pone sumamente nerviosa).

Me ha retirado el saludo, lo que más me duele, oh, sí, lo que más me duele. (sniff,sniff ).

Podría haberme pegado, escupido o insultado, pero no, él sabe que habría fallado, que su labor no habría funcionado, que el mal por el que fue creado no estaría completo, ... , porque, da igual que me gaste fortunas reenviándome paquetes al trabajo después de que confunda a mensajeros diciendo que no vivo allí, o peor, que me los recoja y me los deje en la puerta durante todo el fin de semana (¡¡¡mis valiosos diamantes en el suelo!!!), el hecho de que aplique su superpoder de mirar a través de mi me hace temblar.

Y es que no lo puedo entender ... como en ocasiones anteriores, el ir hacia el lugar donde haya alguien que me aplique essas técnicas me hace temblar, me quita el sueño y me da hambre (qué le voy a hacer, a mi NADA me quita el hambre, XDD).

Debería haber aprendido de hombres y mujeres que demostraron en varias ocasiones mi transparencia ... pero no puedo evitarlo, mi madre me enseñó que la carne de burro no es transparente y me niego a creer lo contrario (por todos los Lares).

Así que, a falta de ayuda de un poder supremo, o de un despido procedente, tendré que seguir picándole, enviándome paquetes bomba, poniéndole chinchetas en el sillón o algo que se me ocurra, para que así tenga un motivo para mirarme (mejor dicho, no mirarme) así.

¿Sugerencias?